Las manos nobles del photoshopero se posan sobre el ratón. Como un ilusionista de lo binario, puede hacer desaparecer aquello que ahí estaba o materializar lo que nunca fue. Con sus dedos crea lo que debe ser, un oficio que requiere de cierta responsabilidad y ética, aunque la publicidad muchas veces intente desplazar un poco más los límites de la imagen “real”.
La última perla de este collar llegó hace pocas semanas cuando un anuncio de rímel de Christian Dior fue prohibido por inducir al error. Natalie Portman muestra sus pestañas para la fotografía. La fotografía está tan retocada que ni la mismísima belleza de la actriz fue capaz de salvar la distancia entre la realidad y la realidad pretendida. En este caso, la queja no vino de una asociación de consumidores ni de un grupo de mujeres indignadas. Fue la empresa L´oréal la que manifestó su malestar.
Pero el que esté libre de pecado, que tire la primera capa. En el último año, L´oréal tuvo dos episodios de este estilo. Uno de ellos fue la prohibición en Reino Unido de un anuncio en el cual la actriz Rachel Weisz fue photoshopeada hasta “exagerar engañosamente” los efectos de la crema antiarrugas, según la Autoridad en Estándares en Publicidad (ASA por sus siglas en inglés). Basta comparar las fotografías de la actriz en los eventos a los que asiste con la imagen de la publicidad para entender por qué se pone el nombre de las estrellas en la parte baja de los anuncios.
El anuncio intentaba representar a Rachel Weisz lo más favorecida posible y los esfuerzos fueron dirigidos a lograr un retoque lo más halagador posible”, se excusó L´oréal por una imagen demasiado retocada de la actriz
L´oréal admitió que la fotografía había sido retocada, pero agregó que “el anuncio intentaba representar a Rachel Weisz lo más favorecida posible y los esfuerzos fueron dirigidos a lograr un retoque lo más halagador posible”.
Julia Roberts encantó al mundo haciendo de prostituta en Mujer bonita. Claro que eso ocurrió en 1990. Pero el tiempo también pasa para las estrellas y Roberts ya no tiene el rostro de sus jóvenes 23 años. Claro que esto es un simple detalle si se cuenta con las herramientas suficientes. L´oréal lo entendió así y la eligió para presentar una nueva crema antiarrugas. ASA también objetó la campaña que mostraba a una mujer bonita y, además, de belleza eterna, el sueño del personaje de Roberts en Espejito, espejito, la remake del clásico infantil de Blanca Nieves, donde interpreta a la madrastra malvada.
En octubre de 2009 le tocó a la firma Ralph Lauren pedir disculpas por retocar al extremo una fotografía. La figura de la modelo Filippa Hamilton fue reducida por Photoshop con tal brutalidad que su cabeza pasó a ser más ancha que sus caderas. Ella misma fue de las primeras en quejarse por lo que había acontecido. La reacción de Ralph Lauren fue prescindir de sus servicios alegando que estaba excedida de peso y que ya no podía modelar las prendas de la marca.
Más allá de la moda
No solo en el rubro de la moda se puede encontrar abusos de Photoshop.
En 2005, la entonces canciller del gobierno de Estados Unidos, Condoleezza Rice, protagonizó una fotografía donde parecía estar pronta para un papel en una película de terror, a juzgar por el aspecto de sus ojos. En realidad, lo que ocurrió fue un exceso de retoque fotográfico que obligó al diario USA Today a retirar la imagen y remplazarla por una versión más natural de la diplomática.
En un comunicado, el editor del periódico recalcó que sus fotografías usualmente solo reciben el tratamiento básico para ser publicadas de la mejor manera y que, en el caso de Rice, alguien se había excedido en el brillo, dándole ese aspecto temible a la ex secretaria de Estado.
Siguiendo en el rubro de noticias, Reuters también tuvo su escándalo. Durante el conflicto libanés-israelí en 2006, el fotógrafo freelance Adnan Hajj retocó algunas fotografías y un bloguero le dio la captura. A pesar de que el hombre dijo que los arreglos fueron mínimos, Reuters pidió disculpas y retiró las imágenes trucadas.