Ciencia > INVESTIGACIÓN

Cómo hacer un grito más aterrador

Científicos hallaron la razón por la que los alaridos de las personas se superponen a otros ruidos más fuertes
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18 de julio de 2015 a las 05:00

Poeppel dijo que entender más las variaciones precisas del llanto de los niños eventualmente podría llevar a un mejor entendimiento acerca de qué significa cada uno. Pero dijo que las posibilidades para futuras investigaciones se extienden más allá de los bebés. Los investigadores quieren saber si propiedades similares existen en los gritos de los animales. Quieren estudiar los gritos asociados con situaciones positivas, como cuando se alienta en un evento deportivo.

Todo comenzó con bebés. Varios estudiantes de posgrados en el laboratorio de discursiva y lenguaje de David Poeppel en la Universidad de Nueva York (NYU) se convirtieron en padres y se encontraron a sí mismos pasando parte de su día sintiéndose miserables acerca de los gritos y llantos de sus infantes durante las noches.

Pronto, las miserias compartidas se convirtieron en preguntas sobre la ciencia detrás de los gritos humanos, que tienen una forma de llamar nuestra atención y de despertar nuestros sentimientos de una manera en que otros sonidos simplemente no pueden.

"¿Qué los hace lo que son? ¿Por qué son tan efectivos?", se preguntó Poeppel, un profesor de psicología y ciencia neuronal de la NYU y director del Instituto de Estética Empírica Max Planck en Alemania.

"Cuando se le pregunta a alguien qué es un grito, cualquier persona respondería que son sonidos altos o agudos... Es algo que en realidad no se entiende mucho".

Para descifrar qué da a los gritos su cualidad para inducir miedo, los investigadores analizaron una amplia gama de gritos humanos de videos de YouTube, películas de terror conocidas como Psicosis y "gritadores" voluntarios, quienes grabaron una gran cantidad de chillidos y gritaron frases (como "¡Está justo detrás de tí!") en una cabina de sonido.

Ellos se sorprendieron al encontrar que los gritos humanos ocupaban gran parte del panorama del sonido que antes se pensaba que era irrelevante para la comunicación. Los patrones normales del discurso tienen solo pequeñas diferencias en la frecuencia: entre 4 y 5 hertz. Los gritos, por otra parte, pueden fluctuar ampliamente y rápidamente, variando entre 30 y 150 hertz. Esto les da un rasgo conocido como "dureza".

"Esto es precisamente donde viven los gritos", dijo Poeppel, quien junto con otros miembros de su laboratorio publicaron sus hallazgos este martes en la revista Current Biology. "Ellos ocupan un rango restringido del paisaje sonoro".

Los investigadores probaron instrumentos musicales, sonidos del tráfico y otros sonidos para determinar si alguno de estos demostraba una dureza similar a la de los gritos humanos. Cantantes como Tom Waits y Steven Tyler se acercaron por momentos. Los únicos sonidos que mostraron una modulación similar fueron las alarmas de los autos, de las casas y de los relojes, cuyos creadores intuitivamente se dieron cuenta de la manera para disparar el miedo humano.

Para confirmar sus hallazgos acerca de la naturaleza única de los gritos humanos, los investigadores hicieron que otras personas escucharan una variedad de gritos mientras monitoreaban su actividad cerebral. Los gritos humanos y las alarmas generaban un aumento de la actividad en la amígdala, la región del cerebro que se utiliza para procesar y recordar el miedo. Además. cuando los investigadores hicieron que los voluntarios calificaran los gritos basándose en cuán aterradores eran, los que tenían más "dureza" fueron los que generaron más miedo.

"Cuánto más duro era el sonido, era calificado como más aterrador", dijo Poeppel.

Los científicos han estudiado por mucho tiempo el significado detrás de las formas primitivas de comunicarse, particularmente el llanto de los niños.

Han desarrollado programas para analizar el llanto de los bebés para poder descifrar si son generados por dolor, hambre o alguna otra forma de angustia.

Mientras tanto, dijo, el estudio del jueves ayuda a explicar por qué los gritos de los humanos realmente funcionan y cómo se las arreglan para llamar nuestra atención en un mundo repleto de otros sonidos fuertes. Esta ciencia emergente podría llevar a aplicaciones en el mundo real que no habían sido imaginadas.

"Se podrían optimizar las señales de las alarmas. Pero también se podrían hacer películas y bandas sonoras más aterradoras, videos de YouTube más aterradores", dijo Poeppel. "Se podría asustar a alguien hasta hacerle perder el juicio".

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