Cómo fue que Snapchat transformó las redes sociales

Snap Inc., la empresa matriz de Snapchat, la popular aplicación de envío de fotografías e historias, está teniendo un otoño productivo.

Hace un par de semanas, Snap presentó documentos confidenciales para una próxima oferta de acciones que podría valuar a la empresa en US$30.000 millones, lo que la convertiría en una de las ofertas públicas iniciales más grandes de los últimos años. Al mismo tiempo, comenzó a vender Spectacles; lentes de sol que pueden grabar video clips y que se han convertido en uno de los gadgets más buscados de la temporada.

No obstante, pese a estar acaparando titulares, a menudo parece como que Snap no es muy respetada.

Aunque Snapchat ha superado a Twitter en términos de usuarios diarios para convertirse en una de las redes sociales más populares en el mundo, no ha atraído la atención de los medios que sí recibe la plataforma de los 140 caracteres, tal vez porque los periodistas y candidatos presidenciales no la usan mucho. La división de noticias de Snapchat se ha vuelto una fuente de información popular e innovadora para los jóvenes, pero raras veces se menciona en los lamentos sobre cómo las redes sociales afectaron la elección presidencial.

Todo esto está mal. Si secretamente alberga la idea de que Snapchat es frívola o que de alguna forma es una moda pasajera, es hora de reexaminar sus certezas. De hecho, en varias formas grandes y pequeñas, Snap silenciosamente se ha convertido en unas las empresas de tecnología de consumo más innovadoras e influyente del mundo.

Snap, que tiene su sede bien lejos de la burbuja de Silicon Valley, en el barrio de Venice, en Los Ángeles, está promoviendo nuevas ideas radicales sobre cómo deberían interactuar los humanos con las computadoras. Está siendo pionera en un modelo de interacción en las redes sociales que se siente más íntimo y auténtico que las ideas encabezadas por Facebook que actualmente dominan el mundo de Internet. El diseño de software y hardware de Snap, así como sus estrategias de márquetin, son más desafiantes que mucho de lo que hemos visto de gigantes tecnológicos, incluyendo a Apple.

El modelo de negocio de Snap, que depende de publicidad del estilo de la televisión que (hasta ahora) ofrece a los comercializadores menos de las opciones focalizadas en datos en las que fueron pioneros gigantes de las redes como Google, se siente novedoso. Y tal vez lo más importante, su modelo de entretenimiento y periodismo valora la edición y dirección humana sobre las historias seleccionadas por algoritmos de personalización; y, por tanto, representa un despegue respecto a los comentarios filtrados y virales que dominan gran parte del resto del ambiente de las noticias en Internet.

Y no es obvio que todos sus avances sean positivos, por ejemplo, no es seguro que siempre sea mejor para las relaciones perder un registro de las conversaciones con amigos.

Sin embargo, no es de extrañar que Facebook y sus subsidiarias parezcan obsesionadas con imitar a Snap. Como fuente de ideas que muchos en la industria tecnológica no habían considerado antes, Snap no es solo popular, sino que también cada vez es más importante.

"Sin importar lo que pase, han rediseñado el paisaje de las redes sociales", dijo Joseph B. Bayer, un profesor de comunicación de la Universidad Estatal de Ohio que ha estudiado el impacto de Snapchat sobre la forma en que la gente se comunica. "Están tomando pasos arriesgados, intentando repensar qué es lo que la gente quiere en Internet en contraposición a tomar lo que ya está hecho y agregarle un nuevo destello".

También alteró la que alguna vez fue considerada ley sagrada de la interacción en Internet: la viralización.

Cada medio que ha sido popular en Internet –desde el correo electrónico y la Web hasta redes sociales como Facebook– ha sido impregnado por cosas que se pasan de un usuario a otro. Este no es el caso de Snapchat. Aunque Snapchat ha sacado algunas formas limitadas de reenviar los snaps de la gente, la corta vida de cada snap significa que no hay medios obvios para que cualquier elemento de contenido se vuelva viral dentro de la aplicación. No hay retos de cubeta de agua fría ni mamás Chewbacca que promuevan noticias falsas en Snapchat.

En cambio, hay una autenticidad trabajada. Las estrellas más grandes –como Kylie Jenner– se adelantan dando acceso profundo a su vida real. Como resultado, mucho de lo que ve en Snapchat se siente menos actuado que en otras redes sociales. Las personas no están buscando "Me gusta" ni seguidores ni que compartan sus publicaciones. Para bien o para mal, están intentando ser reales.

Esto, también, es una innovación; antes de Snapchat, gran parte del contenido de Internet, desde blogs hasta los tuits, se consumía en orden cronológico inverso, desde lo más reciente hasta lo más antiguo.

Snapchat ha dicho que ve a sí misma como una empresa de cámaras más que como red social. Esto suena a bombo marquetinero (después de todo, apenas empezó a fabricar su primera cámara de verdad: Spectacles), pero creo que es importante notar su determinación por diferenciarse del resto de la industria tecnológica.

Snap puede liberarse de las normas aceptadas de Silicon Valley porque no se ve a ella misma como otra empresa tecnológica. Es hora de que todos también comencemos a verla de esta forma.