El astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA) Thomas Pesquet saluda desde el lugar más parecido al espacio que existe sobre la Tierra: una piscina.
Ubicada en el
Laboratorio de Flotación Neutral de la NASA en Houston, Estados Unidos, la piscina contiene nada menos que una maqueta de parte de la Estación Espacial Internacional (EEI). "El entrenamiento bajo agua es lo más cercano que existe a experimentar la ingravidez en la Tierra", explica la
ESA en su página web, donde también indica que esta es la mejor forma de practicar las caminatas espaciales con el traje especial puesto.
Con 23 millones de litros de agua, la piscina de la NASA es la más grande del mundo bajo techo. No obstante, "todavía no es lo suficientemente grande como para mantener la EEI completa", informa ESA. Es por ello que se han recreado solo partes específicas de la estación para entrenar a los astronautas.
Una sesión de entrenamiento típica dura hasta seis horas, tiempo en que los astronautas permanecen encerrados en el traje espacial bajo el agua a unos 12 metros de profundidad.
Durante el tiempo que permanecen sumergidos, los astronautas son asistidos por buzos. En el espacio, en cambio, son ayudados por el control de la misión y sus colegas. Actualmente son
seis los astronautas que viven en la EEI.