El físico Ernesto Blanco y el paleontólogo Washington Jones realizaron una investigación que enfrenta a los cocodrilos con los dinosaurios hace 250 millones de años.
Se calcula que durante este período triásico, que es cuando comienza la “era de los reptiles”, existían tres grandes géneros de cocodrilos: el Deinosuchus, que se encontraba en América del Norte, el Sarcosuchus que vivió en África y América del Sur y el Purussaurus en América del Sur.
En este período, la tierra estaba toda unida en un solo continente llamado Pángea, que luego se dividió dando forma a los continentes que hoy conocemos. Eso es lo que explica que se hayan encontrado fósiles de dinosaurios en todas partes del mundo.
Hoy en día, 16 especies de cocodrilos utilizan el mismo mecanismo para cazar a sus presas: el llamado giro de la muerte.
¿Qué es el giro de la muerte?
Cuando los cocodrilos van a cazar un animal, que generalmente son mamíferos grandes, hacen lo que se llama el giro de la muerte. Este implacable movimiento solo puede realizarse dentro del agua.
Los cocodrilos, que tienen la mordida más fuerte y poderosa de todo el reino animal, una vez que muerden a su presa en el agua, giran sobre su propio eje arrancando un gran pedazo de carne del animal. Sus dientes son cónicos, es decir, no tienen la capacidad de extraer un pedazo del animal solo con la mordida. Para sustituir la falta de filo en la dentadura, en vez de cortar a su víctima, la sostienen.
Muchas veces los cocodrilos se ayudan entre ellos para cazar una gran presa. Mientras unos sostienen a la presa dentro del agua, dejándola inmóvil, otros hacen el giro de la muerte para alimentarse.
La investigación
Blanco y Jones estudiaron los fósiles de los tres mencionados géneros de cocodrilos que convivieron con los dinosaurios para ver si ellos también empleaban el giro de la muerte a la hora de cazar a sus presas. La diferencia es que, por más que el tamaño de estos cocodrilos era más grande que el de los que existen hoy, las presas eran dinosaurios o mamíferos gigantes, también mucho más difíciles de cazar que una cebra o un búfalo.
Mediante el estudio del cráneo de los fósiles, los uruguayos probaron que los Deinosuchus de América del Norte y los Purussaurus de América del Sur eran capaces de cazar dinosaurios y mamíferos gigantes, de la misma manera que lo hacen algunas especies de cocodrilos hoy en día.
El cráneo de los cocodrilos capaces de hacer el giro de la muerte tiene una composición particular. Cualquier otro cráneo en el momento del giro se quebraría en el acto, pero la investigación muestra que, gracias a la forma del cráneo, estos depredadores tan temidos, para sorpresa de todos, fueron capaces de cazar dinosaurios hace 250 millones de años.
Esta investigación tiene puntos sorprendentes. Por más que los cocodrilos hayan evolucionado, cambiando su forma y tamaño, se comportan igual que como lo hacían millones de años atrás. Seguramente las apuestas daban como ganador al dinosaurio, pero después de esta investigación los cocodrilos pasarán a ser el animal más respetable del reino.