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Biblioteca para ciegos

Uruguay tendrá el primer catálogo digital de libros de texto para fomentar la inclusión educativa
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07 de agosto de 2016 a las 05:00

Favorecer el acceso a los textos de estudio a ciegos o personas con baja visión es es el objetivo del proyecto Biblioteca Digital y Accesible (Bidya), una movida pionera en Uruguay, que surge de la alianza entre la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay (UNCU) y la Universidad de la República (Udelar). Gracias a este proyecto se digitalizarán como mínimo 500 libros de texto para fines de 2016.

"La escasa disponibilidad de material de estudio en braille, audio, soporte electrónico o caracteres ampliados es una de las mayores dificultades con las que se enfrentan los estudiantes con discapacidad visual insertos en el sistema educativo", afirmó el presidente de la UNCU, Gabriel Soto.

Ante esta situación, se creó la Biblioteca Digital y Accesible, con el objetivo de ofrecer herramientas que favorezcan la reinserción, tránsito y permanencia en el sistema educativo formal de esta población, garantizando la igualdad de oportunidades.

Hay que tener en cuenta que en la educación media la tasa de abandono promedio supera el 78%. Al liceo llega cerca del 80% de los jóvenes con discapacidad visual pero solo el 20% culmina sus estudios secundarios; apenas el 12% ingresa a la educación terciaria y/o universitaria.

Primeros pasos

La idea de una biblioteca digital y accesible surgió hace dos años pero, en aquel entonces, la UNCU no logró recaudar los recursos necesarios para que se hiciera realidad. En 2016 la institución presentó el proyecto a la convocatoria del Fondo Regional para la Innovación Digital en América Latina y el Caribe (Frida) que financia iniciativas en Tecnologías de la Información (TIC) en la región. Diez proyectos resultaron ganadores, y la Bidya fue el único uruguayo elegido.

Fue elegido por su potencial y por su objetivo de promover el desarrollo social. Está enmarcado en el Tratado de Marrakech, que exige, con estatus de ley, facilitar el acceso a las obras autorales en formatos como el braille, letra grande y audiolibros para personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso.

"No esperábamos ser uno de los ganadores. Es un gran beneficio", dijo a Cromo una de los referentes de Bidya, Camila García. La subvención que obtuvo el proyecto uruguayo ronda los US$ 30 mil. Las otras cinco propuestas que vencieron en la misma categoría corresponden a Brasil, Guatemala, Argentina y Colombia.

Con la financiación obtenida, la Bidya comenzará a dar sus primeros pasos. Primero se formará al personal de la biblioteca, la que contará con un programador, un bibliotecólogo y un digitalizador, entre otros técnicos. Luego, comenzará la etapa digital que implica la obtención del material educativo en ese formato. Se prevé un mínimo de 500 libros digitalizados para fin de año. Más tarde se formará a docentes y usuarios y se estima que el catálogo esté en línea para julio de 2017.

A pesar de que al principio el proyecto cubrirá el rubro educativo, no se descarta expandirlo a otras áreas. "Lo primero será cubrir el área educativa por ser la de mayor impacto y necesidad, pero en un futuro podría ser posible que ingresen en el catálogo otro tipo de materiales", dijo Soto.

Un país pensado para videntes

En Uruguay viven 5.000 personas ciegas que se mueven todos los días en un ambiente que no está adaptado para ellas y en un mundo inclinado cada vez más hacia la información y el entretenimiento visual. Algo tan cotidiano como acceder a internet o usar un smartphone les plantea diversas barreras.

Los modelos de la serie 60 de Nokia –antiguos, grandes, pesados y con botones– son los más populares entre los ciegos. No es casualidad que los prefieran. Su sistema operativo permite que funcione un lector de pantalla llamado Talk para que el usuario pueda usar el celular a la par de una persona sin dificultades visuales. La UNCU había acordado con ANTEL que estos modelos se comercializaran con un contrato mensual de $ 290, pero estos Nokia ya dejaron de fabricarse.

Cuando surgió el proyecto del Plan Ceibal, las primeras XO (en 2007) no eran accesibles. Las ceibalitas funcionan con Linux, que es un sistema operativo que no posibilita el uso de lectores de pantalla. Por eso se adaptaron, dos años después, notebooks comunes con sistema Windows, para que tuvieran Jaws y una lupa para los niños con baja visión.

Así los alumnos consiguieron la clásica XO verde, modificada. Pero aún estaban un paso atrás: todas las aplicaciones del Plan Ceibal, incluida la biblioteca, están diseñadas para Linux. La solución al problema es casera: un niño descarga el texto en formato .txt, lo pasa a una memoria USB y se lo da a otro compañero.

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