Las nuevas oficinas de Google en Londres tendrán una piscina abierta, una cancha de fútbol cerrada, paredes para hacer escalada y una terraza jardín para ver los trenes llegar a la estación King's Cross, entre tantos otros espectaculares
amenities. No en vano el gigante de internet se ha convertido en un constante merecedor de
premios y elogios en Recursos Humanos, y hasta de una
película en Hollywood que muestra la divertida vida de los
googlers.
Por eso, a veces resulta difícil recordar que en ese edificio de 93.000 metros cuadrados situado en un campus de una hectárea, donde habrá bicicletas para circular dentro y fuera de las construcciones, también existirán escritorios para que la gente trabaje.
A inaugurarse en 2016, las nuevas oficinas de Google en la capital inglesa estarán localizadas entre las estaciones de tren King's Cross y St. Pancras. El proyecto, desarrollado por el estudio arquitectónico
Allford Hall Monaghan Morris, costará cerca de US$ 1,6 millones, informó la agencia
Reuters, y permitirá alojar a 4.500
googlers. Eso es más del doble de la cantidad de empleados que tiene la compañía en Londres hoy.
Tal como lo indica la
filosofía arquitectónica de esta y otras empresas tecnológicas, el diseño de la sede tiene que ser dinámico y flexible, de manera que se adapte a la gente que lo habita y no al revés.
Pero, ¿por qué Google quiere crear unas oficinas tan ostentosas? Según el sitio de tendencias
Quartz, "la respuesta cínica es porque puede: Google necesita hacer algo con los miles de millones de dólares que ha generado afuera de Estados Unidos, porque no puede llevarlos a casa sin un recorte impositivo gigante. La respuesta más filosófica es que la naturaleza del trabajo está cambiando, al menos para aquellas compañías que pueden pagarlo".