El domingo la Luna estuvo en su punto más cercano a la Tierra en este año, una media hora antes de entrar en su fase de Luna llena.
Según explicó la NASA, el satélite llegó a su perigeo a una distancia de 356.991 kilómetros de la Tierra.
No obstante, la del domingo fue una luna especial. Es que se combinó la cercanía a la Tierra con la fase llena del satélite natural, con lo cual fue la
más grande del año. No había estado tan cerca de la Tierra desde mayo de 2012 y no volverá a estarlo hasta agosto de 2014.
Según explicó el astrónomo uruguayo Gonzalo Vicino, responsable del
Observatorio Eta Carinae del departamento de Lavalleja, al orbitar la Tierra la Luna tiene cada mes un punto ligeramente más alejado de la Tierra (llamado apogeo) y uno más cercano (el perigeo).
Estos "pueden llevar la Luna tan lejos como a casi 407.000 kilómetros, o tan cerca como 356.400 kilómetros, es decir, una diferencia de 50.000".
Esto hace que la Luna pueda verse un 14% más grande y hasta un 30% más brillante. "Bellísima, pero no debemos dejarnos llevar por el entusiasmo. Aunque suene a cifras importantes, en la práctica solo el ojo más avezado realmente lo nota", precisó el astrónomo.