Cerca de 57 millones de litros de agua almacenados en enormes tanques en la falda del volcán Sierra Negra de México (de 4.600 metros de altura) tienen la misión de "cazar" los llamados "mensajeros del espacio". Así es como se conoce a los rayos cósmicos, descubiertos en 1912 por el físico austríaco Víctor Hess, principal objeto de estudio del Observatorio de Rayos Gamma HAWC.
Los rayos cósmicos llevan información de partes lejanas del cosmos, a miles de millones de años luz de la Tierra. Y desde su descubrimiento, nadie ha podido determinar de dónde vienen.
¿Y para qué sirven los tanques de agua? Ayudan a monitorear los destellos de rayos gamma –hay teorías que indican que si una fuente produce rayos cósmicos, también deben producir rayos gamma simultáneamente– mediante varios sensores ópticos de radiación de Cherenkov, una clase de luz azul producida al paso de electronos altamente cargados a través del líquido. A más altura, mayor la cantidad de partículas de rayos gamma que se pueden captar. La ubicación de los tanques que detectan los rayos gamma permite saber la dirección.
Los detectores de agua Cherenkov de HAWC están hechos de tanques de láminas de acero corrugado con una altura de 4 metros y con un diámetro de 7,3 metros. Cada tanque tiene por dentro una bolsa que contiene el agua y cuatro tubos fotomultiplicadores (que son sensibles a las longitudes de onda en el rango ultravioleta.
Tras un año de trabajo, el observatorio ha permitido a los astrofísicos mapear fuentes de expulsión de rayos gamma de altas energías probablemente provenientes de pulsares, remanentes de supernovas y agujeros negros supermasivos de diferentes galaxias. Se han detectado 40 fuentes de rayos gamma, nueve de ellas nunca vistas antes.
Una reciente publicación del sitio web del proyecto HAWC destaca que algunos de los objetos celestes que más partículas de altas energías emiten no habían sido observados nunca, consignó el sitio RT. La utilidad de los mapas se podrá valorar más tarde, cuando los astronautas lleguen a Marte u otros planetas.
"Los rayos cósmicos juegan un papel muy importante en la cantidad de energía que hay en nuestra galaxia. Nos dan información de cómo mueren las estrellas más grandes", dijo a BBC el profesor asociado Ignacio Taboada, del Instituto de Tecnología de Georgia, EEUU y coordinador científico del proyecto.
Estos rayos son partículas subatómicas muy radiactivas, pero la atmósfera terrestre los convierte en prácticamente inocuos.
La mayoría de las partículas que se detectan en el HAWC tiene la misma energía que las que se producen en el Gran Colisionador de Hadrones.
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