Exoesqueletos, nanotecnología, neuro-robótica, impresoras 3D, drones, inteligencia artificial... La adopción de avances tecnológicos en medicina abre una nueva era en el ámbito de la salud. Una era en la que la nanotecnología se puede utilizar para liberar fármacos de manera más efectiva; los exoesqueletos diseñados originariamente para crear súper-soldados pueden ser empleados para la rehabilitación de pacientes; las impresoras 3D permiten crear prótesis; y los drones hacen ya posible las tomas de muestras en áreas de alto riesgo de contagio.
La necesidad de trasladar los resultados obtenidos en investigación tecnológica al sistema sanitario es evidente. De hecho, cada vez es más habitual que los equipos investigadores en medicina sean interdisciplinares. Ingenieros, químicos, biólogos, informáticos, científicos de datos y físicos trabajan codo con codo con los médicos para aplicar al campo de la medicina grandes avances tecnológicos, según se puso de manifiesto en un reciente foro sobre tecnología y medicina organizado por la Fundación Ramón Areces y la Fundación Pfizer.
Por ejemplo, el Grupo de Neuro-Rehabilitación del Departamento de Neurobiología Funcional y de Sistemas del Instituto Cajal-CSIC tiene al frente a un ingeniero industrial y doctor en Ciencias Físicas, José Luis Pons Rovira. Este experto dirige un grupo de investigadores que trabaja, entre otras áreas, en la aplicación de los exoesqueletos en el ámbito sanitario.
Los exoesqueletos ya se están utilizando de forma experimental para la rehabilitación y la asistencia a personas que han sufrido daños neurológicos o medulares. El exoesqueleto identifica a partir de sus sensores cuál es la intención del usuario y puede asistir sus movimientos a partir de la aplicación de fuerzas en los segmentos del cuerpo del paciente.
"Los exoesqueletos están en una fase de ensayos clínicos que permitirán validar su eficacia desde el punto de vista terapéutico, pero creo que en cinco años serán habituales en todos los hospitales", explica Pons. Si el primer paso es su uso hospitalario en rehabilitación, el gran avance se producirá cuando los pacientes puedan utilizarlos en su día a día para asistir sus movimientos.
Otro de los grandes campos de aplicación de los avances médicos es el de la nanotecnología. "La nanotecnología puede ser la próxima revolución industrial y, sin duda, la medicina se va a beneficiar de muchos desarrollos en este ámbito", apunta el químico Ramón Martínez Mañez, director científico del CIBER-BBN, centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina.
Martínez explica que se trabaja en la creación de dispositivos cada vez más pequeños y menos invasivos para diagnosticar enfermedades. Asimismo, la nanotecnología también se emplea en la liberación controlada de fármacos. Ya se está probando en oncología la utilización de nanopartículas para liberar el fármaco directamente en el tumor, lo que aumenta la eficacia terapéutica y reduce los efectos secundarios.
Por ejemplo, el Instituto de Bioingeniería de Cataluña trabaja en el desarrollo de nano-robots como vehículos para liberar fármacos.
Algunos avances tecnológicos aplicados a la medicina suenan todavía a ciencia-ficción. Por ejemplo, el empleo de las impresoras 3D para crear órganos artificiales.
Sin embargo, estas impresoras ya se usan en ámbitos como la fabricación de instrumental médico, implantes, prótesis y elementos ortopédicos. La tecnología también se usa, por ejemplo, en la impresión de modelos anatómicos personalizados de huesos que permiten a los traumatólogos ver con un gran nivel de detalle el nivel de una lesión.
También se ha desarrollado un sistema basado en un escáner 3D capaz de capturar la imagen exacta de la extremidad dañada del paciente. Mediante un software, genera una férula a medida que se imprime en 3D en tan sólo 30 segundos .
Otra área que despierta gran interés es la ligada a los drones, que pueden tener múltiples aplicaciones en medicina, según apunta Carlos Bernabéu, consejero delegado de la empresa española de drones Arborea Intellbird.
Por ejemplo, estos aparatos aéreos no tripulados ya pueden utilizarse para llevar medicamentos o vacunas a zonas de difícil acceso y para analizar microorganismos, alérgenos o contaminantes del aire. También se abre un campo en la toma de muestras en áreas de alto riesgo de contagio o el fumigado preciso con agentes biológicos.
La inteligencia artificial también tiene un importante área de aplicación médica. Por ejemplo, IBM ha entrenado a su sistema de inteligencia cognitiva Watson en el área de la oncología, de manera que la tecnología pueda ayudar a los médicos a elegir el mejor tratamiento para cada paciente.
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